De tu silencio,
entorna los ojos y te tiene.
Te deslizas desde lo oscuro de la mente,
hasta la huella de los pies.
Recorriendo la espalda del camino,
llegas a la cima de dos mellizas,…
(y la hierba crece a la luz, como los trigales se curvan al viento).
Bajando por la senda,
encuentras el río y tus dedos humedeces en el torrente,
saciando el calor en suspiros.
La curva del talón,
inicia el retroceso y por el envés,
retornas al monte.
Púbicos sentimientos que cosquillean el vientre,
perforando aún más el agujero de la vida.
Dulce músculo bucal,
jugando con los picos de una Venus mutilada de amor,
que sueña entornando los ojos y en silencio,…
te tiene.