Viviendo de recuerdos,
hablo en voz baja y la luz del día me aclara,
la partida de las horas,
pérdidas entre almohadas y lagrimosas sábanas.
No deseo caminar, el comienzo a la mañana, no sin pensar,
que aún la noche nos retiene y nos abraza.
Viviendo de recuerdos,
hablo en voz baja y la luz del día me aclara,
la partida de las horas,
pérdidas entre almohadas y lagrimosas sábanas.
No deseo caminar, el comienzo a la mañana, no sin pensar,
que aún la noche nos retiene y nos abraza.
Más allá de la memoria