(Para mi hermana)
Tras el exilio de la edad adolescente,
regresé a las murallas de mi recuerdo,
aún hoy nada mío habita en ellas.
He horadado con sangre los cimientos,
en una guerra para fortalecer el vínculo
y he regado ajenos apellidos,
por complacer un estéril terreno
y al desbrozar el día contemplé
las estrías del espejo
acomodándose tras la sombra
del rostro de una madre.
¡Qué despreciable Troya
arderá con mis huesos dentro
y cuánto cristal profanaré
hasta atrapar la dulce imagen!…
…y me sea costumbre.
Maribel Díaz
(Derechos ® Poema del libro Línea perpendicular de mi pecho)
Fotografía de Francisco Carlos R.