La casa está vacía y llena de ausencia.
Hoy he desbrozado los recuerdos.
Me he sentado en la tierra seca, a tu lado
como cuando dormías junto a mis pies.
Ahora lo hago yo, mientras espero.
Aparto las hierbas para ver el brillo de la gravilla.
Riego el drago que te da sombra
y te cuento los cambios que me nutren.
La carga que no sobrellevo
los treinta desaparecidos
la cicatriz de mi pecho.
No me respondes. No puedes.
Te siento lejos de mis huesos
descompuestos como los tuyos.
En los labios compongo una leve caricia y te digo
te querré siempre
a pesar de lo sucedido.
La casa está llena de recuerdos ausentes de ti
tu alma «Golfa»
es libre de mí
y te has ido, llevándote todo lo amado.
Nadie como tú, para guardar mi solitaria luna.
Maribel Díaz.
(del libro Línea perpendicular de mi pecho)