Quiero un peldaño donde edificar mi cansancio.
Una escalera al amor que no tenga retorno.
Quiero una calle donde pasear sea la regla.
Una regla sin líneas de cálculo ni trazos de orden.
Quiero una puerta de entrada que no lleve a la salida.
Una casa sin cambio de sentido
una vida «con-sentida».
Quiero un vaso a medias que llenar de mitad: la mía.
Un líquido complemento sin mezclas adicionales. Sin hielo.
Quiero una guitarra con cuerpo y sin cuerdas de títere
a la que poner mis letras
y ella
ella su voz.
Quiero un arco sin iris y el iris de tus ojos.
Quiero deambular con orden y un orden con desorden.
Quiero amor con desamor y desenamorarme con amor
reseteando cada ocasión para darte un «verso».
Quiero esperar y desesperar
enmarañar y desenmarañar
las sábanas con tu olor en la mañana.
Quiero, y por querer, sigo queriendo.
Quiero soplar cenizas a tu encuentro
y que de él
surja renacimiento
y sin contemplación, amarte… seguiré escribiendo.
© Del poemario Línea perpendicular de mi pecho (pag. 26-27)